Iglesia de Santa Ana de Triana
La Real Iglesia de Santa Ana es una parroquia sevillana que se encuentra situada en el barrio de Triana, entre las calles Vázquez de Leca, Pureza, Bernardo Guerra y Pelay Correa.
Su construcción fue iniciada por el rey Alfonso X el Sabio, en el siglo XIII, devoto de Santa Ana, tras la reconquista de la ciudad. En un principio estaba fortificada por encontrarse a extramuros de la ciudad. De tal hecho se conservan los característicos remates almenados sobre las cubiertas de sus terrazas.
Se terminó en el siglo XIV con el alzado de la torre. Fue objeto de reformas en los siglos XV y XVIII.
En 1972 se realizó la restauración completa, en la que se hizo desaparecer la decoración interior de carácter barroco.
Exterior de la Iglesia
Destaca la torre mudéjar. Fue reformada tras el terremoto de Lisboa, adoptando el aspecto barroco que presenta en la actualidad.
La iglesia tiene tres portadas labradas en piedras protegidas por rejas, una se sitúa a los pies y dos en los laterales. La que mejor conserva su aspecto original gótico mudéjar es la lateral izquierda, correspondiente a la nave del Evangelio, realizada en piedra y enmarcada con el escudo de Castilla. En el muro, los azulejos de la Virgen del Carmen y Santa Ana con la Virgen y el Niño. La portada del fondo de la nave es de estilo neoclásico, con el azulejo de la Divina Pastora a la izquierda. La de la nave de la epístola es sencilla, con arcos ojivales sobre pilares lisos, en ella se encuentra una placa que recuerda a Vicente Yáñez Pinzón, enterrado en esta parroquia.
Interior de la Iglesia y Altar Mayor
La Iglesia se compone de tres naves; la nave central es más alta y ancha que las laterales. La planta es rectangular, sin crucero y el techo se cubre con bóvedas góticas realizadas en ladrillo, material propio de la zona. Se completa con varias capillas cubiertas de bóvedas y decoradas con pinturas murales y azulejos. El templo contiene una colección de valiosas pinturas renacentistas de diversos autores y una colección de azulejería de Triana de varias épocas.
El Retablo Mayor, obra del siglo XVI, está situado al final de la nave central. Se adapta a la forma poligonal del ábside. Es una magnífica obra de arte de madera dorada. Está compuesta de tres cuerpos, con siete calles y ático. Está presidido por las imágenes de Santa Ana con la Virgen y el Niño, en su camerino, obra de la segunda mitad del siglo XVIII. En los laterales las imágenes de san Pedro, San Juan Bautista, San Judas Tadeo, San Juan Evangelista, San Pablo y Santiago (siglo XVI). Se completa en el ático con Dios Padre y sobre la puerta de acceso al interior del retablo, con un relieve de la Santa Faz, obra de Roque Balduque (siglo XVI). El retablo se completa con el ciclo de pinturas renacentistas de Pedro de Campaña: en el centro San Jorge, en la parte alta la Asunción de la Virgen. En los laterales, escenas sobre la vida de santa Ana y de san Joaquín (rechazado del templo, abandonando su casa, el anuncio del arcángel y el abrazo Místico en la Puerta Dorada); también escenas sobre la vida de la Virgen María (Nacimiento, Presentación, Coronación, Desposorios, Visitación). Por último, se añade la natividad de san Juan Bautista y el nacimiento de Jesús. En el ático, a cada lado de la Asunción, María Cleofás y María Salomé con sus hijos.
Nave de la Epístola
Capilla del Calvario. Está ubicada en la cabecera de la nave derecha, que tiene forma octogonal, abierta, de estilo gótico. Presidida por un crucificado, el Cristo del Socorro, obra del XVII y decorada en la parte superior con murales que representan a San José, Santa Ana, San Joaquín y San Juan Bautista, obras de Domingo Martínez, siglo XVIII. En la parte baja varios cuadros renacentistas como la Virgen de los Remedios de Juan de Zamora, siglo XVI, la Resurrección y Ascensión de Cristo y un escrito enmarcado del siglo XIX, sobre la construcción de esta iglesia. En la actualidad se encuentra la Pila bautismal, siglo XV.
Desde esta capilla se accede a la Sacristía. A su lado, en el muro, las tablas renacentistas del maestro de Moguer, con la Adoración de los Magos y las santas Justa y Rufina.
Puerta de acceso de la Epístola
Capilla de la Virgen de la Victoria, anteriormente de Santa Barbara. Dedicada a esta imagen sedente del antiguo convento de los Mínimos, obra del siglo XVI, está cerrada con una reja y posee un retablo barroco y paredes de azulejos, en el ático la imagen de San Francisco Javier.
El 2 de agosto de 1519 frente a esta imagen se realizó el rito de la entrega de banderas y la toma de juramento de los 234 expedicionarios de las cinco naves que, al mando de Fernando de Magallanes, iniciaron la primera circunnavegación de la Tierra.
Fue también la primera imagen ante la que se postraron, el 9 de septiembre de 1522, Juan Sebastián Elcano y los otros 17 supervivientes que, tripulando la nao Victoria, arribaron a puerto. Junto al retablo, la imagen de san Nicolás Saggio de Longobardi, santo mínimo italiano del siglo XVII.
Capilla de la Divina Pastora
Está cerrada con reja y posee decoración sencilla, destacando su altar decorado con azulejos. El retablo, de madera sin pintar, es moderno, de estilo neo barroco. Está dedicado a esta Virgen del estilo más romántico de todas cuantas procesionan, declarada patrona del Deporte Nacional, obra de Gabriel Astorga, 1865, coincidiendo con la fundación de su hermandad. Bajo la Virgen, en una vitrina, el Pastorcito Divino.
Cabe destacar los azulejos que adornan esta capilla y la moderna imagen de santa Ángela de la Cruz, titular de su hermandad, conservando su reliquia que se puede besar el día de su festividad 5 de noviembre.
Capilla de las Ánimas
Se encuentra al pie de la nave, decorada con arco de crestería del siglo XVI, con un relieve de las Ánimas. Está cerrada por una reja del siglo XVI, representado a Cristo Juez y San Miguel. La capilla está dedicada a la Virgen del Carmen, en un retablo barroco, imagen del XVIII, procedente del antiguo convento carmelita de los Remedios, que tuvo hermandad propia y hoy la procesiona la parroquia de forma ocasional. A sus lados las imágenes de San Gabriel y San Rafael y en el ático un relieve de las Ánimas del purgatorio.
La capilla se cubre con una bóveda, estando representado San Miguel y en los zócalos destacan azulejos del siglo XVI.
Nave del Evangelio
Capilla de la Virgen Madre de Dios del Rosario. Situada en la cabecera de la nave izquierda. Destaca su reja, la cúpula de aristas y su retablo barroco con grandes columnas salomónicas del XVIII. La imagen de la Virgen es del siglo XIX, atribuida a Juan Bautista Petrone, declarada patrona de capataces y costaleros. La acompañan las imágenes de san José, santa Teresa, san Joaquín y santa Ana. Se completa con azulejos de Manuel Arellano y Mensaque, de principios del siglo XX. En la hornacina se encuentra la Custodia Sacramental de plata, del siglo XVIII, con tres cuerpos. En el primero, las imágenes de Santa Ana, la Virgen y el Niño, el segundo el ostensorio y en el tercero, el más pequeño, se representa el Cordero con bandera y Cruz. A su lado una repisa con la imagen de san Miguel Arcángel, aunque estas imágenes pueden variar. En el muro, se muestra un cuadro de la Virgen del Rocío.
Capilla Sacramental
Data del siglo XVI. Posee puerta decorada cerrada con reja, en la cúpula vemos frescos de los Arcángeles y está presidida por un retablo barroco del siglo XVIII, dedicado a la Inmaculada.
La Virgen es una imagen del siglo XVII, titular de la hermandad Sacramental, que procesiona el día del Corpus. La acompañan las imágenes de san José y san Antonio, en el ático los relieves de la Coronación, Adoración de los Reyes, presentación al templo y junto al altar, el Dulce Nombre de Jesús, imagen del Niño Jesús de la escuela de Martínez Montañés, que también procesiona en su paso el día del Corpus.
Retablo de las santas Justa y Rufina
Está situado frente a la anterior capilla y en el lateral del coro, imágenes que procesionan el día del Corpus.
A cada lado de las santas sevillanas se hallan las imágenes de san Francisco de Paula y santa Teresa de Jesús, procedentes de los desaparecidos conventos de la Victoria y de los Remedios.
Capilla Bautismal
Del siglo XVII, donde se encontraba la pila bautismal, se accede a ella por reja. En su interior destacan la cúpula de media naranja y los muros bellamente decorados con pinturas murales y los cuadros del Bautismo de Cristo de Tomás Martínez, escuela de Murillo, siglo XVII y dos copias de Rubens, que representa los desposorios de San José y la Virgen y la presentación de Jesús en el templo. Los zócalos son de azulejos trianeros.
Capilla de San Francisco de Asís
Se halla a los pies de la nave, posee reja y crestería, semejante a la capilla de la Virgen de las Ánimas, con un relieve de la Transfiguración de San Francisco.
Está presidida por un retablo plateresco con pinturas renacentistas de Pedro Villegas Marmolejo, que representan la transfiguración de San Francisco con San Pedro y San Pablo. En los laterales la decapitación de San Juan y San Jerónimo penitente.
Santa Ana. Trascoro
Con dos órganos, ambos del siglo XIX, el Coro está situado en el segundo tramo de la nave central, decorado con yeserías barrocas del siglo XVIII y sillería del XVII. Está cerrado por tres lados, quedando abierto mediante una reja hacia la Capilla Mayor.
Trascoro. Es de estilo barroco y se sitúa frente a la puerta del fondo de la nave central. En él destacamos el cuadro de la Virgen de la Rosa, obra renacentista de Alejo Fernández, 1535, a la que acompañan las imágenes de San Felipe Neri y san Juan Nepomuceno.